El Balón Intragástrico es un método para el tratamiento de la obesidad, no quirúrgico y no farmacológico, que produce una pérdida de peso de unos 15 a 20 kg en solo seis meses y está destinado a cualquier tipo de obesidad. Consiste en la introducción de un globo de silicona vacío al estómago que posteriormente es rellenado con unos 600 ml de solución.
El balón intragástrico se introduce por la boca por medio de una endoscopia, bajo sedación y sin dolor. El procedimiento es ambulatorio y permite que el paciente regrese a su domicilio al terminar su colocación. El balón intragástrico al ser silicona (un compuesto inerte) no produce ninguna reacción adversa en el estómago.
Tras unos 2 o 3 días, el estómago se adapta al balón intragástrico. La ventaja de este método es que la desaparición del hambre se produce por una disminución del volumen gástrico y por tanto la cantidad de ingesta, con la que el paciente perderá peso sin esfuerzo. No hay contraindicaciones específicas del tipo de alimentos que puede ingerirse.
Un equipo constituido por médicos, nutricionistas, psicólogos y preparadores físicos hará un control exhaustivo del paciente mientras dure el tratamiento.
Además control durante el proceso consistirá en reeducar al paciente obeso en sus hábitos físicos y alimenticios. Este aprendizaje ayuda al individuo a mantener o inclusive a perseverar en la pérdida de peso una vez retirado el balón intragástrico.
Finalizando el tratamiento mantendrá un control periódico.